Nunca te había escrito una carta a ti, suelo pasar
desapercibido a lo que llamo “errores menores” en mi vida. Nuestra historia no tiene mucha
particularidad, lo único curioso es tu alma mater, ya que no es la primera vez
que siento algo por alguien proveniente de ese lugar. Pero si es la primera vez
que alguien de allí me hace sentir así de mal. Trataré de ser objetivo y ver
ambos lados: también me hiciste sentir muy bien, casi nadie me había tratado
tan bien como tú al principio. Eras muy dulce, y hacías cosas que sabías eran
importantes para mí. Solía demostrarte mis raíces alemanas a menudo, algo que
no hago por lo general. También te
cantaba y me dejabas cantarte. Incluso, iba a darte algo que no le
daría a a cualquier persona. Pero en fin, todo siempre es lindo al comienzo.
Luego apareció alguien más, porque como es de esperarse en mi vida, siempre
llega una Jolene. Lo más fuerte de todo, es que nunca lo ocultaste, nunca me
negaste que sentías algo por alguien más, aun sabiendo lo que yo sentía por ti.
Puedo decir con toda seguridad que eso ha sido una de las etapas más
humillantes de mi vida, saber que yo era Jacqueline cuando había una Marilyn. También era duro que me siguieras tratando
igual a lo acostumbrado, que aunque todos sabíamos que había otro y que aunque
fuese masoquista de mi parte seguir a tu lado, disfrutaba que estuvieses ahí.
Pero luego, pasó; te fuiste. La misma
triste historia de siempre, tomé una actitud muy diferente en este caso, yo
tampoco intenté nada, dejé que las cosas tomaran su curso y no forcé la
situación, al fin y al cabo, no consideraba que valiera la pena, ya no creía
que TÚ valieras la pena. A eso me referia cuando dije que ha habido errores con
mayor importancia en mi vida. Pero al final del día, eso fuiste. Un error de menor consecuencia, pero al fin y
al cabo un error más.
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