No me gusta ir al médico.

Aquí estoy, esperando una consulta médica, solo, como de costumbre. Bueno, hay dos niños insoportables gritando a mi alrededor, recordándome por qué prefiero a los perros, así que prefiero imaginarme que de verdad estoy "solo". Todo este tiempo de ocio solo me lleva a pensar en cosas, ya sea en los recuerdos inútiles, como son todos los amoríos del año pasado, o pensar en el actual, que irónicamente también está desde el año pasado. Creo que eso también le agrega un toque de inutilidad, al fin y al cabo, cuento con menos de una mano los hombres que han valido la pena en mi vida. 
En fin, es otro día de pensamientos ilógicos, otro día de recordarlos y otro día de pensarlo a él. También, otro día donde compruebo que incluso el estar en el mero centro de una multitud, no hace que deje de estar solo.