Hace
algunos años conocí a una muchacha, aunque, siento que la conozco de toda la
vida, desde hace unos siete años es que he sentido más su presencia. Esta chica
es incondicional SIEMPRE está ahí, a mi lado, adelante, o detrás de mi, pero allí está.
Hay momentos en los que se aleja y me deja por un tiempo, pero cuando me
descuido, puedo notar que ella sigue allí, firme, mirándome y con el mismo
propósito aunque no esté expresamente presente. Como hay veces en las que se aleja relativamente, hay veces en
las que no me deja solo por temporadas, me persigue a todos lados, y por alguna razón, ella
tiene un control sobre mí que desearía no existiera. Está ahí cuando como, está
ahí cuando me duermo y me levanto, incluso; cuando duermo, se que ella está rondando.
Por ella dejé de creer en todas las religiones, en el destino, en
Dios y en mí mismo. Es como si estuviese determinada a chupar toda mi energía y
mis ganas de vivir.
No sé como hacer, no la quiero en mi vida. Todo el tiempo
me recuerda las cosas malas que ella misma me ha hecho pasar, pero por más que
trate, no puedo alejarla de mí, o sacarla de mi cabeza. Lo más enfermizo, es
que a veces creo que disfruto de su compañía por lo acostumbrado que estoy a que esté cerca...
Esta muchacha se llama depresión, y me
gustaría muchísimo que me dejara en paz.
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